El caso Olivia

La ignorancia y la falta de conocimiento en asuntos

médicos de los más importantes hombres del estado

y magistrados de todos los países es realmente asombrosa,

si tenemos en cuenta que todos sin excepción se dejan

rebajar por la publicidad hasta convertirse

en instrumentos sin voluntad.

 

Dr. Adolf Voegeli, médico y homeópata

 

 

En el caso de la pequeña Olivia podemos ver con claridad con qué irresponsabilidad e impunidad actúa el sindicato y la -mafia del cáncer- sobre determinados derechos humanos y la gran coordinación de la -prensa libre- y la televisión. No podemos olvidarnos del caso -Olivia-, porque con su ayuda se consiguió desacreditar la -Nueva Medicina- en los ojos de mucha gente y situar al Dr. Hamer como un -curandero- y un -charlatán-. Esto no puede quedar así.

En los últimos años la medicina oficial tiende a imponer sus -beneficios-, incluso con violencia. Dado que en los adultos el derecho humano de la libertad de terapia en cierto modo aún sigue respetándose (exceptuando las vacunas), atentan contra los niños. Aquí el poder del estado se utiliza como palanca, que se deja encandilar por la aparición de arrogantes oncólogos y se deja instrumentalizar de forma complaciente.

Así podemos leer en la revista -Time- del 22/12/1980, que dos años antes una joven pareja de Massachussets había huido con su hijo de tres años a Méjico, porque querían obligarles a que su hijo siguiera con quimioterapias.

En 1991 causó escándalo en Alemania el caso de la niña de tres años Katharina Scharpf: En la prensa se pudo leer que a los padres les habían quitado la custodia de su hija, enferma de leucemia, al negarse a que siguiera con la quimioterapia. El padre voló a América para tratarla allí. En realidad las cosas eran distintas: Después de que en mayo de 1990 se detectase en la pequeña Katharina una leucemia, fue tratada con quimioterapia durante tres meses en la clínica de Ulm. Cuando los padres ya no podían soportar el sufrimiento de la niña, se negaron a seguir con otras dos fases de tratamiento. Acto seguido el médico jefe profesor Dr. Gaedicke puso en marcha los juicios y la administración juvenil, que se encargó de quitarle la custodia a los padres. Estos dejaron que el Dr. Hamer constituyera un dictamen para el juez responsable, quien llamó al Dr. Hamer y le preguntó cómo podía descubrir quién tenía la razón. El Dr. Hamer propuso citar a los oncólogos y al médico oficial a un juicio oral que seguramente aceptarían. Después de esta promesa el juez tendría que asegurar, que también iba a venir el Dr. Hamer para discutir la quimioterapia. Este dijo de antemano que por este motivo los profesores no iban a acudir, porque sabían perfectamente, que en el fondo no tenían ningún argumento contra la -Nueva Medicina-. El profesor Beck explica lo que pasó después:

-Mientras tanto se implicó gente de la alta esfera, que causó gran furor en toda la República. Y enseguida se produjeron cosas curiosas y poco usuales:

1) De todos los periodistas y equipos de radio y televisión que se pasaban la pelota unos a otros, ninguno pudo mencionar al Dr. Hamer o su Nueva Medicina. Y eso que la señora Scharpf había hecho para todos una copia de la carta, que el Dr. Hamer le había escrito al juez el 29/10/91. Además dijo de forma clara que su decisión y la de su marido la habían tomado a raíz de la Nueva Medicina. Era bastante inusual que en determinados medios de comunicación sólo se desatinara sobre la -Nueva Medicina-. Jamás se pudo mencionar el libro -El legado de la Nueva Medicina-, a pesar de ser la base argumentativa de los padres.

2) De repente, una persona rica y desconocida dio dinero para que el padre del niño pudiera volar a América, pretendiendo que el niño fuera tratado en la clínica Mayo. Los padres no tuvieron más remedio que aceptar la oferta, sin saber que sólo se dio para retirar del juego a la Nueva Medicina y crear la impresión de que los padres habían desestimado a los profesores con un truco corrupto, en vez de con argumentos. En realidad la decisión del juez Dr. Goeppner se basó en la constatación, de que los padres habían tomado concienzudamente la mejor decisión para su hija. A los padres no se les puede pedir más.-

El 20/12/91 la madre escribió una carta al Dr. Hamer, en la que le dio las gracias por su ayuda. Ella dijo:

-Con la esperanza  de que su método encontrará ahora más atención, le hemos dado copias de su carta al juez y de la regla de hierro del cáncer a muchos periódicos y reporteros de radio y televisión. Lamentablemente no hemos leído, visto ni oído nada sobre esto en ningún periódico ni en ninguna televisión.-

Katharina murió tres años después de la quimioterapia. Pero no de cáncer, sino de un fallo cardíaco – un típico efecto a largo plazo de la quimioterapia. La fiscalía confiscó el cadáver y le hizo la autopsia, en contra de la voluntad de los padres, mientras en el juicio aún se discutía la protesta de los padres. Al parecer querían descubrir -culpas ajenas- (pero no funcionó). Probablemente se quería quitar cualquier indicación de los efectos de la quimioterapia en el músculo del corazón. El editor de -raum&zeit- opinó: -Si la muerte de la pequeña Katharina tiene que tener algún sentido, entonces que se ponga fin a las fechorías de los médicos jefes.-

Por lo tanto, el caso de la pequeña Olivia no es el primero de este tipo. Aunque es bastante instructivo, al ser un ejemplo base en asuntos de manipulación de la opinión pública. Se puede ver cómo a lo largo de la historia, los médicos, los juicios, el estado y sobre todo los medios de comunicación cada vez colaboran mejor entre sí para evitar que Olivia sea tratada y curada por la -Nueva Medicina-. A pesar de que los padres rechazaran definitivamente la quimioterapia, les obligaron a seguir con ello. Para esto fue necesario confundir la simpatía pública a través del jaleo de los medios de comunicación y desinformación y convertir el hecho en una conspiración contra los padres y el Dr. Hamer.

Al principio la prensa publicó cosas muy positivas sobre el Dr. Hamer, antes de que los reporteros fueran mandados desde arriba. Dos ejemplos: -Cuando lo podemos ver -en vivo- nos asombra su tranquilidad y su sensatez, así como la objetividad de su discurso. Incluso la crítica a la medicina oficial suena objetiva y nada polémica. Naturalmente los médicos del colegio no opinan lo mismo.-

El periodista Dr. Peter Schmidsberger escribió en la revista -Bunte- (41/1992): -La pequeña Katharina le debe su vida a un hombre excepcional: Dr. Geerd Hamer. En círculos de la medicina oficial es el médico de cáncer más temido y atacado. Además hay que saber que el Dr. Hamer ha desarrollado una nueva teoría sobre el origen del cáncer. Si tiene razón, los libros de texto editados hasta ahora sólo son papel reciclado y algunos métodos terapéuticos sólo torturas.-

Cinco semanas más tarde el mismo doctor escribió otra vez en -Bunte-:

-… las cartas de enfermos de cáncer curados guardan especial interés. En los últimos tiempos he recibido varios de esos informes de pacientes, que afirman que su salud se la deben al Dr. Geerd Hamer… Con sus conocimientos el Dr. Hamer también ha turbado la propia comprensión de los médicos de cáncer. Y por la historia sabemos lo sensibles que son los poderes del gremio si se trata de sus profesores y de su prestigio. Esto también lo pudo comprobar el Dr. Hamer con toda su fuerza.-

También el Dr. Schmidsberger lo pudo percibir con toda su fuerza: Fue amenazado y despedido de -Bunte-. Entretanto, la prensa se puso -al tanto- y el caso Olivia jugó un papel principal. Lo que a la mayoría le quedó en la memoria fue que los padres se llevaron un chasco con el -curandero- y que tras una dramática huida la niña fue -salvada- por los médicos del hospital. Aquí es otra vez cierto todo lo contrario. Pero vemos los sucesos de forma cronológica:

Erika y Helmut y sus tres hijos Alexander, Olivia y Elisabeth formaban una familia austriaca completamente normal. El padre Helmut es ingeniero y trabajó en una empresa de ordenadores. Como querían construir una casa, Erika trabajó de educadora desde que su hija más pequeña, Elisabeth, cumplió los cuatro años de edad. Por el día los niños tenían que estar con su abuela. Olivia, al ser la más sensible era la que más sufría. Se quejaba a menudo de dolores de estómago, y cuando estos se hicieron más fuertes, decidieron analizar a Olivia en la clínica de los niños de Viena Neustadt. El diagnostico resulto ser un tumor (-tumor de Wilms-) de -estadio II- en el riñón derecho, así como una sombra poco clara (en una radiografía) en el hígado. Enseguida la ingresaron en el hospital Santa Anna, donde iban a empezar con la quimioterapia y más tarde la iban a operar, las probabilidades de sobrevivir se nombraban entre un 70-80%. Los padres quedaron impresionados cuando vieron a los niños tratados con quimioterapia y cómo sufrían y entonces decidieron llevarse a Olivia a su casa.

Empezaron a buscar alternativas, pero los terapeutas seleccionados no eran convincentes o tenían miedo de tratar sin quimioterapia. En Viena conocieron a un medico que utilizaba la -Nueva Medicina-. Este realizó una TAC, aunque recomendó consultar personalmente al Dr. Hamer. Dado que los padres no tuvieron nada que objetar, decidieron ir con Olivia a visitar al Dr. Hamer en Colonia.

En la TAC éste pudo diagnosticar un quiste de riñón en fase curativa, a causa de un -conflicto de agua-. Olivia había sufrido realmente uno cuando se encontraba en un lago, navegando en un bote neumático con su hermano y su tía, cuando esta última entró en un estado de pánico por una válvula abierta, a pesar de que no existía directamente peligro de muerte. Tenía un gran miedo por los niños. El conflicto se estaba solucionando y el quiste se endurecía al cabo de los 9 meses. Además resultaba inofensivo, incluso produce orina, tal y como mostraban los buenos valores de laboratorio de Olivia. Mas adelante podemos decidir, si lo dejamos en el cuerpo o si lo extirpamos, por ser demasiado grande y molesto. Esta operación es muy sencilla, dado que el quiste se encapsula. Sin embargo, si la operación se realiza antes, el quiste todavía esta muy unido al tejido del riñón vecino, pudiendo dañarlo. Existen muchos casos similares que prueban, que el proceso de curación funciona de esa manera.

Sin embargo, el Dr. Hamer también vio un segundo conflicto activo en la TAC, un -conflicto de hambre- con cáncer de hígado. Este surgió, porque la comida la hacia la abuela, algo que Olivia rehusaba (-¡Vaya un asco de comida!-), a veces tenían que obligarla a comer. En ese aspecto era muy sensible y solo quería comer la comida que le preparaba su madre, que era una buena cocinera. Este conflicto solo se podía resolver, si la madre renunciaba al trabajo y se quedaba en casa. Los padres estaban totalmente de acuerdo. En la fase de curación  había que contar con sudores nocturnos que pueden ser llamados de tuberculosis, algo completamente normal, así como una fuerte inflamación del hígado. A muchos médicos del colegio les hizo gracia este -conflicto de muerte de hambre-, porque no son capaces de adentrarse en los problemas de un niño (ni tampoco lo intentan). El Dr. Hamer comenta sobre esto: -¿Realmente es tan difícil imaginarse que los pensamientos, esperanzas, deseos o temores de una niña pequeña no se centran en un coche o una casa, sino en si la madre ya ha vuelto a casa y puede cocinar?-

Los padres estaban muy satisfechos con el diagnostico del Dr. Hamer. No quería aceptar dinero, así que le compraron algunos libros. Pero de vuelta a Austria comenzaron las complicaciones.

En el hospital de Sta. Anna querían que volviera Olivia. Aunque al principio los Pilhar no mencionaron al Dr. Hamer (sólo dijeron, que Olivia tiene tratamiento médico), sospecharon enseguida de la -Nueva Medicina-. El padre, Helmut fue citado a una conversación con el profesor O.A. Juergenssen, que en este asunto juega un papel principal. Amenazó con ir a juicio, si los padres no le decían el nombre del médico que trató a su hija. Al mismo tiempo intentó convencerle para practicar la quimioterapia. Las probabilidades de curación aumentaron a -más de 90%-; en caso de una operación sin quimioterapia a un 40-50%. Sin tratamiento la niña iba a morir en 6-12 meses.

El creyó que en este caso el -derecho bíblico de los padres sobre los hijos- no contaba para nada (ahora parece que el derecho lo tienen los médicos). A partir de ese momento los padres fueron sometidos a una presión continua.

Helmut Pilhar escribió en su diario:

-El profesor Juergenssen se opuso al silencio de los médicos. Aparte de la presión que algunos médicos ejercían sobre nosotros, era sorprendente que todos creían como antagonista al Dr. Hamer. ¿Cómo habían llegado a esa conclusión? ¿Realmente había oncólogos que conocían la -Nueva Medicina- del Dr. Hamer, y si era así, cómo se podía explicar su comportamiento? Nosotros teníamos la impresión de que el Dr. Hamer personificaba la mala conciencia de estos oncólogos. Entonces, ¿en caso de un diagnóstico de cáncer los padres pierden automáticamente cualquier derecho a decidir sobre la terapia de sus hijos? ¿Tienen que dejar los padres, que sus hijos sean sometidos a la terapia más actual según la medicina oficial e incluso corroborarlo con su firma, aunque no estén convencidos de ello? ¿Es suficiente que el médico diga que se trata de un asunto de vida o muerte y que por ello los padres pierden todo el derecho sobre sus hijos?

¿Vivimos en un estado en el que la medicina tiene un derecho dictatorial? ¿No corremos el riesgo de doblar la voluntad de las personas que al estado le son incómodas a través de sus hijos? ¿Al final los padres también tienen que ceder sus hijos a la medicina oficial, para que esta realice con ellos experimentos, diciendo que van a tener éxito?- Lamentablemente, los siguientes acontecimientos confirmaron estas preguntas. Helmut sigue preguntando:

-Qué derechos tienen los padres de los hijos que reciben una terapia oncológica? ¿Por qué tenemos que convencer a las autoridades? ¿Tiene la medicina del colegio un monopolio sobre la curación?

Si pudieran remitir un 100% de éxito todo estaría claro y no habría ninguna discusión. Naturalmente se elegiría entonces a la medicina oficial. Pero ese no es el caso.

Y a nosotros como padres no nos importa lo más mínimo el -conflicto de creencia- entre la medicina oficial y la Nueva. Ya que la medicina oficial no respeta la opinión de los padres, creemos que estamos en nuestro derecho de elegir cualquier camino medico que podamos justificar como padres.-

Más tarde mencionó, que de toda la gente que ha conocido y que se ha sometido a quimioterapia, 15 murieron por culpa de la -terapia- y solo uno sobrevivió. Los padres tomaron una decisión responsable y comprensible. De todas formas el profesor Juergenssen les quito a los padres la custodia de sus hijos a través de la administración juvenil. ¿Por qué estos métodos? Hay que saber que el profesor Juergenssen fundó el -proyecto austríaco de los tumores de Wilms-, se le considera el -corifeo- de los tumores de Wilms. Pero en Austria solo hay unos diez casos al año de estos tumores. En su investigación depende de cada uno de los pacientes. No fue la primera vez que buscó ayuda en el poder del estado. Más tarde los Pilhar conocieron a una mujer, que también había tenido una mala experiencia con ese hombre: En 1990 el profesor Juergenssen diagnosticó en la niña de tres meses de edad, Margaret B., una -anemia de célula de bola-, presuntamente un preestadio de la leucemia. Enseguida quiso extirpar el bazo. La madre se opuso y fue a un medico naturalista. El profesor Juergenssen la denunció en la administración juventud, que decidió ponerla bajo vigilancia. La madre tuvo razón, el niño se curo y después de cinco años aún sigue conservando su bazo.

En esta discusión Helmut Pilhar decidió contactar con la prensa. Un gran error, como se descubrió más tarde. El caso causó gran revuelo y en un principio la opinión pública estuvo a favor de la familia Pilhar. Sin embargo, para la -mafia del cáncer- la cosa se había convertido en un asunto de prestigio, ya no se podía permitir que Olivia se curara gracias a la -Nueva Medicina- delante de todo el mundo. Así que se empezaron a tocar todos los registros, aunque durara algún tiempo, hasta que el aparato empezara a funcionar. El intento de buscar en Austria  algún médico que tratara a Olivia con la -Nueva Medicina- fracasó.

-Al parecer no había ningún médico que pudiera expresar su convencimiento abiertamente. ¿Qué presión tuvieron que recibir los médicos, para que ante el miedo a sanciones disciplinarias del colegio de médicos, no trataran a pacientes según su mejor conocimiento y conciencia, en contra de su juramento hipocrático?-

Mientras tanto, los Pilhar, adelantándose a los acontecimientos, traspasaron la frontera hacia Alemania, donde se encontraron otra vez con el Dr. Hamer. La enfermedad de Olivia se desarrolló tal y como había pronosticado. El -conflicto de muerte de hambre- se había solucionado, ya que su madre estaba continuamente a su alrededor. El edema de curación del hígado causó hinchazón del vientre, que crecía cada vez más. Algunos días sufría dolores, por lo demás comía bien, hacía sus necesidades con regularidad y los valores de la orina, verificados con indicadores de papel, eran óptimos. Sin embargo, la situación de huida en la que se encontraba la familia, no beneficiaba en nada lo que exigía la fase de curación, es decir, tranquilidad, nada de agitación y poco movimiento. El Dr. Hamer aconsejó volar a Málaga (España), porque en la Clínica Universitaria de esa ciudad había médicos que estaban a favor de la -Nueva Medicina-, y porque allí se podían confirmar los descubrimientos del Dr. Hamer con dictámenes para evitar la preocupación y darle a Olivia la tranquilidad que necesitaba. La huida tuvo lugar a través de Zurcí, a pesar de que ya había sido avisada la INTERPOL.

Mientras tanto, la -niña de cáncer Olivia-, era el tema número uno en Austria y pronto también en Alemania. Era mitad de julio y los medios de comunicación estaban contentos de tener un tema interesante. El debate era acalorado y el contenido de la prensa cambió de rumbo, en contra de los padres y del Dr. Hamer. Esto ya lo notó Helmut Pilhar en Alemania. Le invitaron a participar por teléfono en una discusión de televisión en directo pero no le dejaron hablar. Pero el papel más lamentable con diferencia lo jugo la revista -Spiegel- y el -Spiegel-TV-. Un redactor llamado Czogalla mostró interés por Olivia y fue con su equipo a grabar la pensión Baviera, en la que vivía la familia. Sin embargo, lo que más tarde se emitió fue una tergiversación de las afirmaciones de Pilhar: «¡Esa emisión fue terrible! ¡De toda la entrevista solamente se emitió una única frase, el resto fue deformado de tal forma que me empecé a sentir mal! Erika se mostró como una madre que tomaba la enfermedad de cáncer de su hija como algo insignificante. Cuando encima el Dr. Hamer fue presentado como un charlatán y un tonto, me desmoralicé por completo.

¿Cómo me pude haber equivocado tanto con este equipo? El señor Czogalla parecía mostrar tanta iniciativa y comprensión por la discusión médica en la que nos encontrábamos. ¡Pero ahora se hicieron patentes sus verdaderas intenciones! ¿Por qué un descubridor de ese prestigio puede ser difamado de tal forma? ¿Por qué no se comprueban de una vez sus afirmaciones? Porque detrás había algún poder, que no temía a ningún medio para mostrar a la población como tontos. Esta emisión fue muy polémica, y se crearon emociones para suprimir el pensamiento de los telespectadores. ¿Por qué se puede ser tan inhumanamente cruel? ¡Y el espectador soliviantado e imparcial no sabía siquiera, que en este caso se trataba de su interés personal que estaba siendo pisoteado en la inmundicia!-

¡El paciente se mantiene -menor de edad- y -estúpido-!

En Austria, el partido verde estaba a favor de la familia Pilhar. Ya había presentado cuatro interpelaciones parlamentarias de la -Nueva Medicina- y había exigido su comprobación, sin éxito. Sin embargo, el 11/07/1995 se distanció sin causa aparente. Helmut Pilhar: -Un partido entero bajo tanta presión. ¿Quién tiene tanto poder?

El 10/07, el Dr. Hamer dejó realizar un dictamen contrario en España, a raíz de los resultados y las radiografías del profesor Rius, el jefe de radiología de la clínica universitaria de Barcelona. Este confirmó las evaluaciones de Hamer, incluido el vehemente desmentido cáncer de hígado. Esto fue especialmente importante, porque a los pacientes con cáncer de riñón y -metástasis de hígado- por regla general se les deja morir sin quimioterapia, sin dejarles ninguna oportunidad. Por lo tanto no hubiese habido ninguna justificación para la quimioterapia, si se hubiese confesado el cáncer de hígado. Este fue confirmado una vez más por radiólogos de la Clínica Universitaria de Málaga el 19/07, cuando Olivia se encontraba allí durante una revisión.

Mientras tanto, la prensa había descubierto dónde vivía la familia, desapareciendo enseguida la tranquilidad. Se desató una tormenta, por una parte se produjeron salvajes persecuciones y coacciones por parte de los reporteros. Destacó sobre todo el -Spiegel-TV-:

-En el hall del hotel este pseudo-equipo de televisión tampoco se cortó un pelo. ¡Nos persiguieron continuamente! Czogalla volvió a gritarle al Dr. Hamer -¡Señor Dr. Hamer! ¿Qué va a hacer cuando Olivia muera pasado mañana?- Por aquel entonces el Dr. Hamer todavía cogía de la mano a Olivia. Seguramente habría escuchado esos pregones de magia negra de este terrible periodista.- Acto seguido el Dr. Hamer perdió la paciencia e insultó y condenó con dureza a Czogalla delante de las cámaras. Tal y como informó el Dr. Hamer más tarde, Olivia se había quedado blanca y le miró con miedo. En su ausencia dijo, que esa era la clásica situación para un DHS con conflicto de muerte. Una semana después realmente se podían ver en las radiografías manchas en el pulmón. Como siempre, se llamaron -metástasis-. -Cuando más tarde se emitieron esas escenas, el procedimiento de esas emisoras fue claramente reconocible. En la pantalla de la televisión no se mostró el cruel ataque de los periodistas, sino la reacción de enfado del Dr. Hamer. Al consumidor de televisión que no sabia nada al respecto, le enseñaron imágenes seleccionadas, acompañadas por palabras polémicas del moderador, convenciéndoles de una versión de los hechos totalmente errónea. Y en la totalidad del reportaje nuestro caso no fue ninguna excepción.

Entrevistas enteras realizadas delante de las cámaras, fueron cortadas y destrozadas y se emitieron con el contenido totalmente cambiado y con algunos comentarios de los moderadores. ¡Este es el procedimiento usual de nuestra prensa libre!

Yo no me enteré de esa situación tan lamentable hasta mucho más tarde, a partir de entonces intenté aceptar solamente las emisiones en directo. Porque sólo es una cuestión de suerte. Se trata básicamente de la impresión que puedo transmitirles yo y mis vecinos de enfrente…

¡De tanto aburrimiento, o simplemente porque tenían que suministrar tanto material, los periodistas acabaron entrevistándose mutuamente! ¡Y todo lo que sabía contar! En realidad sólo habíamos buscado resguardo de los periodistas feroces a unos mil metros de nuestro apartamento. Por la noche, Itziar (directora del centro de nueva medicina en Madrid) informó sobre un acontecimiento increíble. Czogalla y su equipo de terror las habían perseguido por toda la ciudad con dos coches. Finalmente se refugió en una gasolinera, donde enseguida su coche fue rodeado por los otros dos. Ella pidió ayuda a amigos y a la policía y gracias a la unión de todas las fuerzas consiguió dar esquinazo a los dos coches, que la perseguían. Al parecer Czogalla necesitaba más material para su emisión de las 22.00hs. El procedimiento del -Spiegel-TV- fue realmente indescriptible. Se hizo comprensible que con estos periodistas la editorial Spiegel conseguía más información que una agencia secreta. Estos agentes siempre estaban en primer plano y filmaban absolutamente todo lo que permitían sus cámaras. Sin embargo, sólo se llegaba a emitir una fracción, el resto iba a parar al archivo, inalcanzable para la población.-

El reportaje trajo consigo que incluso empezaran a dudar del procedimiento los amigos de la familia. En los medios de comunicación se encargaron del lavado de cerebro de la población con el mensaje: -Olivia va a morir, si no ingresa pronto en el hospital, los padres están obcecados.- Helmut lo notó en su amigo Sepp:

-A Sepp se le notaba que estaba bastante preocupado y que no confiaba en el Dr. Hamer. ¿Qué debía hacer? Las reacciones de la gente que no estaba preparada y que se veía influenciada por los medios de comunicación era comprensible. ¿Cómo podían llegar al trasfondo de la información de la que disponíamos nosotros? La televisión seguro que no iba a aclarar el asunto, ni tampoco el periódico. Solo podía sospechar el ambiente que había en Austria.-

Mientras tanto, y para regocijo de los medios de comunicación, los padres fueron detenidos dos veces por la INTERPOL y les volvieron a dejar en libertad. A pesar de que la parte oficial de Austria desmintió que existiera una orden de detención. Los Pilhar escribieron una carta al presidente de la republica federal Klestil y exigieron además asilo en España para que Olivia pudiese recuperar tranquilamente. Las autoridades austriacas reaccionaron: Mandaron un avión especial a Málaga con un oncólogo del hospital Sta. Anna y la doctora Marcovich con el avión de ambulancia para tratar con los Pilhar y convencerlos para que regresaran (confirmó además que -no había ninguna necesidad de medicina intensiva u otras medidas de medicina aguda-). También intervino el cónsul austriaco en Málaga. El escándalo se hizo inaguantable.

-Nosotros estábamos cada vez mas convencidos de que ningún medico oficial, ninguna autoridad, ningún periodista quería proporcionarle a la niña un tratamiento óptimo, sino más bien que no podía ser, lo que no debía ser…

Naturalmente, para Olivia los continuos viajes eran una gran carga. El Dr. Hamer siempre había intentado que sus pacientes estuvieran protegidos y tranquilos. En su antigua clínica los había envuelto en mantas, los había puesto en el balcón, a coger aire fresco y les estaban sirviendo continuamente. ¿De qué otra forma se puede curar un paciente con dolores en los miembros, con gigantescas hinchazones en el hígado y similares?

Estábamos en una situación terrible. Desde el principio sabíamos que Olivia necesitaba tranquilidad y cuidado continuo por parte de la madre. ¿Por qué no podíamos curarla en su casa? ¿Por qué se nos perseguía por media Europa?-

Finalmente la familia decidió acabar con esta situación inaguantable y regresar bajo determinadas condiciones. Se llegó al siguiente acuerdo por escrito: -La señora Dra. Marcovich, como encargada del gobierno austriaco asegura, que no se hará nada en contra de la voluntad de los padres, es decir, nada de quimioterapia ni estancia en un hospital.- Firmado por la Dra. Marcovich y el cónsul Esten. Esta aseveración fue confirmada a través de un faz por el Dr. Zimper, el tutor oficial de Olivia, quien prometió en nombre del equipo principal del distrito, que en caso de que los Pilhar regresaran les devolverían la custodia de su hija y no tomarían medidas de presión. Con estas garantías del estado los Pilhar llegaron a Viena el 24/07, donde en primer lugar los enviaron a casa.

Sin embargo, les iba a esperar una desagradable sorpresa tras otra. En primer lugar no se volvió a mencionar la devolución de la custodia a los padres, que en Málaga poseía el cónsul Esten, como representante del estado. La devolución de la custodia por parte del cónsul fue declarada inválida, el apoyo por parte del presidente de la provincia simplemente no tuvo lugar.

A los padres se les ofreció cuidar a Olivia en el hospital de Tulln (al oeste de Viena) bajo la supervisión del medico oficial Stangl (aquel, que había jugado una mala partida) y otro medico, mas, pero sin quimioterapia y con el derecho de los padres a tomar cualquier medida. Los padres estaban de acuerdo, ya que en el hospital Olivia podía tener mejores cuidados.

-Nosotros creíamos que por fin habíamos encontrado un lugar, en el que podía recibir todo lo que habían recibido los pacientes de la Nueva Medicina – un continuo control medico. Por aquel entonces todavía no sabíamos de la existencia de una ley médica que prescribe que en hospitales públicos solamente es posible el tratamiento de la medicina oficial. Fe una de las muchas trampas, a la que nos guiaron.-

Al día siguiente los padres trajeron a Olivia a Tulln. La madre Erika debía de estar con Olivia y cocinar para ella, ya que Olivia seguramente iba a rechazar la comida del hospital. Ella se quedó directamente allí y Helmut se fue a su casa. Volvió a la mañana siguiente.

-¡Cuando llegué a Tulln casi me da un ataque! Había reporteros por todos los sitios, el balcón hacia la puerta de Olivia fue flaqueado por la policía, el balcón se cerró y a través de la ventana pude ver que Olivia tenía puesto un suero. Corrí por el pasillo central… y me encontré a Erika totalmente destrozada.-

¿Qué había sucedido? A Olivia le estaban administrando analgésicos y estaba siendo alimentada de forma artificial en contra de la voluntad de los padres. El Dr. Stangl simplemente se limitó a asentir con la cabeza. La puerta a la habitación estaba cerrada y vigilada, si Erika quería salir tenía que golpear en la puerta.

-Entonces vi el alcance del error de haber traído a Olivia hasta aquí. Estaba fuera de mí. ¿Cómo es posible que nos persigan con tanta crueldad? Furioso, llamé al Dr. Heinz Zimper. Este me explicó que ya no tenía absolutamente nada que decir. Entonces empecé a llorar y tuve que sentarme en el jardín para no caerme. Estaba como paralizado. Nos habían atraído a Austria desde España con promesas y afirmaciones por escrito. Me convencieron para llevar a Olivia a Tulln. ¡Yo personalmente la llevé de buena fe a Tulln!

¡Y ahora estaban practicándole la terapia de la que tanto miedo teníamos y contra la que habíamos hecho todos estos esfuerzos! ¡Olivia no debía de curarse según las reglas de la Nueva Medicina! ¡Porque eso hubiese contradicho la oncología de la medicina oficial! ¡La medicina oficial no debía de permitirlo!

La situación cada vez fue peor. Los médicos no respetaron a Olivia, comentando delante de ella que iba a morir, si no le administraban pronto la quimioterapia. A los padres les exigieron firmar de nuevo la aprobación para la quimioterapia, algo que desecharon.

Entretanto, el Dr. Hamer había descubierto tres clínicas dispuestas a tratar a Olivia: Heidelberg, Madrid y Barcelona. Finalmente los padres apostaron por Barcelona y el -avión-ambulancia austríaco-, así como la señora Dra. Marcovich estuvieron dispuestos a hacerse cargo del vuelo. Sin embargo esto fue desestimado por los médicos y la tutela del juicio, ya que según ellos Olivia -ya no era transportable-.

-¿Qué Olivia ya no era transportable?- Esa me pareció la mayor mentira de todas. Olivia incluso podía ir al baño, nosotros paseamos varias veces con ella por la habitación ¿y ahora resulta que ya no era transportable?

¿Entonces qué pasa con la gente mal herida en los accidentes de tráfico?

¿Qué personas son realmente transportables?-

Entretanto, el juzgado de Viena Neustadt consiguió una orden de detención contra el Dr. Hamer por -sospecha de tortura o negligencia de personas menores de edad o indefensas-. Ya no podía volver a Austria; su contrato de alquiler de su centro en Burgau concluyó por orden del Partido Socialista local.

El ministro de medio ambiente austriaco Martín Bartenstein se unió a la discusión. En la televisión abogó por una quimioterapia obligatoria de Olivia, incluso en contra de la voluntad de los padres. Sin embargo, a los espectadores no se les dijo una cosa: Era gerente de las siguientes empresas farmacéuticas: -Bartenstein GmbH-, -Pharmavit GmbH-, -Genericon GmbH- y -Medicamentos Lannacher GmbH-. Esta ultima – ¡qué casualidad! – fabrica -Doxorubicina-, una sustancia tóxica contra los tumores de Wilms. Sobre todo, este hombre es el presidente de la ayuda de cáncer de niños austriaca y de la asociación -Ayuda para niños enfermos de cáncer-. Más tarde fue hecho ministro de familia. En una entrevista con una revista en 1992 dijo de la industria farmacéutica que era una -importante rama industrial, que se ocupa de mis beneficios-. Parece que aquí el aprendiz se convierte en maestro. Lamentablemente se produce más bien la regla, que la excepción.

El 29/07 Olivia debía ser trasladada al hospital general de Viena. De repente sí era transportable. Helmut aconsejó a su esposa aprovechar la última posibilidad para evitarlo: Los médicos habían acentuado varias veces, que sin la compañía de su madre apenas iba a tener la posibilidad de superar la quimioterapia. Así que querían obligarla a colaborar. Erika se negó a viajar a Viena con la esperanza de que no se atreverían a separar a la niña de su madre. -pero no se mostró ninguna compasión. La niña le fue arrebatada en contra de la voluntad de la madre. Tuvo que haber sido horrible. Olivia gritó y Erika lloró.- En la prensa escribieron que la -madre desnaturalizada- había abandonado a su hija.

Ya en su encuentro en Alemania el Dr. Hamer había descubierto en Olivia otros dos conflictos: -un carcinoma de tubo de unión- en el riñón secundario (conflicto del fugitivo) y un cáncer de huesos en la 2º vértebra de la espalda. Allí sufrió una caída de la autoestima por su riñón enfermo (-allí ya no valgo nada-).

-¿Qué posibilidades le da la medicina oficial a un niño, que tiene un quiste en el riñón, un carcinoma secundario, un cáncer de hígado y cáncer de hueso en una vértebra y que además es sometido a una terapia obligatoria sin la presencia de sus padres?-

Lo que sucedió a partir de entonces lo descubrieron los padres dos años después, ya que no se les permitió ver las actas de los enfermos. El -voto de silencio- de los médicos se practicó de tal forma, que a los padres y a la opinión publica les ocultaron detalles importantes, mientras que a los medios de comunicación les otorgaban simples mentiras, algo que sólo se pudo descubrir dos años después en las actas. Pero para entonces el tema ya había concluido.

Olivia recibió la primera quimioterapia al llegar al AKH. Después de la primera infusión murió: ¡Paro respiratorio y cardiaco! Pero consiguieron reanimarla, rompiéndole casi todas las costillas durante el masaje cardíaco (fractura de costillas en ambos lados con el resultante neumotórax en la parte derecha) y también dos dientes durante la intubación. Todo eso se mantuvo en secreto.

Después de que Olivia se recuperara un poco, siguieron adelante con la quimioterapia ¡y esta vez directamente al corazón a través de la aorta! Además la metieron bajo el cañón de radiación. Normalmente esto habría supuesto su final, sin embargo Olivia tuvo suerte en su desdicha: Dado que los médicos sabían perfectamente, que no iba a sobrevivir a la quimioterapia usual, sólo le dieron una dosis relativamente floja después del -SIOP estadio II-, a pesar de que el diagnostico oficial, con el que también se efectuó la operación posterior era de -estadio IV-. Bajo los ojos de la opinión pública no podían permitirse que Olivia muriera en el hospital. La madre podía estar con Olivia día y noche, algo que normalmente les prohíben a los niños con cáncer. Además renunciaron a la morfina y a los opiáceos, pese a los dolores, tal y como recomendó Hamer. Al parecer conocen la -Nueva Medicina- mejor de lo que dicen.

A los medios de comunicación se les contó que el -tumor de riñón- de Olivia pesó 6kg. Y tenía el tamaño de un balón de fútbol. Y que gracias a la quimioterapia había disminuido a la décima parte. En las radiografías que se mostraron dos años después, se podía ver que el Dr. Hamer y los demás médicos tenían razón: ¡Era cáncer de hígado, era la hinchazón del hígado la que provocó que se hinchara el vientre y no el quiste del riñón! Un diagnóstico fallido de este tipo no tiene por qué tener necesariamente propósitos engañosos, existen bastantes casos similares, en los que se malinterpretan quistes del riñón. La -Nueva Medicina- permite un diagnostico más exacto por medio de la TAC. El día 4 de agosto se confirmo el cáncer de hígado oficialmente; como siempre se llamó -metástasis-.

-El punto clave es que es muy probable una mala interpretación con los limitados conocimientos de la medicina oficial. No hace falta condenar a los médicos por haber intentado extirparle a mi hija el carcinoma del hígado. Basta con saber su limitada capacidad de diagnóstico y su falta de seguridad en los aciertos para huir de ellos como de la peste.-

A su padre le fue prohibida la visita durante las seis semanas de quimioterapia de Olivia. A veces lo dejaban estar a su lado un cuarto de hora, otras veces solo cinco minutos y muchas veces nada. Los días que lo dejaban visitarla era registrado por los funcionarios, como si se tratara de un criminal – pura vejación. Esa fue la venganza de los hospitales por haber seguido dando su opinión a los medios de comunicación. Una vez los padres hicieron una foto de su hija, enseguida les quitaron la cámara y echaron a Helmut del hospital. También el médico de confianza de la familia aceptado oficialmente, el Dr. Langer, fue alejado de la paciente. Le tenían prohibida la visita, no le permitieron analizarla bajo ninguna circunstancia. No se querían dar a conocer resultados médicos que se contradijeran con la versión oficial. Por este mismo motivo no se realizaron radiografías ni TAC durante más de medio año, ni del cerebro, ni del vientre, a pesar de que era algo usual en el desarrollo de los controles. Porque entonces la -Nueva Medicina- hubiese recibido aun más pruebas a su favor.

En este periodo Olivia se encontraba muy mal. Los primeros días tuvo que mantenerse artificialmente en un sueño profundo y recibir respiración asistida. Parecía estar muerta, solo los reflejos pupilares indicaban que aun seguía con vía. Fue alimentada artificialmente y recibió gran cantidad de antibióticos por infusión. A la semana siguiente se recuperó un poco, aunque seguía -enchufada- a cables y tubos. Al cabo de dos semanas pudo abandonar la estación intensiva. Olivia sufrió bastante por los efectos de la quimioterapia y experimentó fuertes dolores. La mucosa de su boca se infectó a causa del veneno, le dolía cada vez que masticaba. Para los médicos era otra razón más para alimentarla artificialmente. Su vientre se hizo más pequeño, ya que la quimioterapia interrumpió la fase de curación del hígado. Eso se interpretó como una -reducción del tumor-. En la prensa solamente se dieron noticias de júbilo para la medicina oficial.

-Se reconoció el típico procedimiento de los medios de comunicación. En Alemania y en España se dijo que el estado de Olivia era muy grave. Los padres fueron maldecidos por haber dejado a la niña sufrir tanto. Ahora los medios de comunicación y los médicos siempre lo disimulaban. Los dolores en una curación natural se describían como inhumanos, en cambio, los dolores durante la terapia toxica de la medicina oficial parecían ser aceptados por todos. ¡Era perverso!… Fue una terrible carga psíquica. Nos exigían estar al lado de nuestra hija, viendo como la torturaban.-

El 18 de septiembre Olivia fue operada durante tres horas, se le extirpó el riñón derecho, el quiste pesó 450 gr. Seguramente ya nunca podrá tener hijos. Después de la operación siguieron con la quimioterapia.

Entretanto, las mentiras siguieron rondando en los medios de comunicación. Cada época tiene sus temas emocionantes para acabar con alguien públicamente. Hoy en día hay tres: nazis, sectas y abusos a menores. Dado que para el último no existía ninguna sospecha, se intentó desacreditar al Dr. Hamer, diciendo que era un -gurú- y un -líder de sectas-. Pero también se mencionó el tema de los nazis. Este calificativo no se podía atribuir ni al Dr. Hamer ni a los Pilhar, pero sí a otros defensores de la -Nueva Medicina-como Kari Nowak, que fundó una -cámara de pacientes- contra la cámara de médicos, asistida por los Pilhar. En el trasfondo estaba el hecho de que en las llamadas -comisiones de ética- sólo estaban los representantes del sindicato, pero ningún representante de los pacientes. Helmut escribe sobre la emisión ORF -Report- del 22/08/1995 lo siguiente:

-Esta emisión fue una desfachatez. De nuevo me di cuenta de la escrupulosidad que se seguía aquí: Kari Nowak… recibió el atributo de neonazi, también la doctora Rostovski (medico de la -Nueva Medicina-). ¡Un diseño realmente escrupuloso y aventurero!…El programa emitido fue un claro intento de plasmar al Sr. Nowak en primer lugar como un ultraderechista y en segundo lugar ponerle como peón del Dr. Hamer. ¿En qué orden social vivimos realmente? ¿Por que se intenta difamar públicamente y de forma tan masiva a los críticos con imputaciones falsas? Pero ante todo ¿qué estructura tiene que poseer un sistema que utiliza el término de -ultraderecha- como cajón para los críticos? Par mí este procedimiento es bastante dudoso. – El juez prohibió a Helmut Pilhar el contacto con Kari Nowak! ¿Existe realmente la -libertad-? ¿O la democracia?

El periódico -Kurier- de Viena exigió internar al Dr. Hamer y le obligó a someterse a una terapia con el permiso expreso del -consejo de prensa austriaco-.

Cuando más tarde Erika Pilhar esperaba su cuarto hijo se podía leer la noticia: -¿Esta mujer puede seguir teniendo niños?-

Resulta curioso, cómo de repente todos los medios de comunicación coinciden en lo mismo. Un redactor jefe de TV que quiso permanecer en el anonimato dijo durante una conversación con el Dr. Hamer:

-¿Creen de verdad que en general los periodistas son tan infinitamente tontos, como tuvieron que aparentar en el último medio año? Hace tiempo que se dieron cuenta, de que la Nueva Medicina es correcta, saben que las 5 leyes de la naturaleza, que se dejan reproducir todos los días en cualquier caso, tienen que ser más correctas que 5000 hipótesis de la medicina colegiada. ¡Pero si alguien escribe esto entonces se le despide!-

Pero las peores calumnias del caso Olivia llegaron – seguro que ya no le sorprenderá a nadie – del -Spiegel-. En la edición 32/1995 se publica una polémica que asemeja un linchamiento periodístico. Para explicarlo citaré una carta de un lector que no se publico en el -Spiegel-, pero sí se pudo leer en el -raum&zeit- 80/1996 (hemos impreso la carta en la letra normal para destacar las citas del -Spiegel-):

 

-Lo que destaca – también para las condiciones del -Spiegel- es la agudeza de la polémica. No encontramos el usual sermoneo por parte de la posición segura y establecida, sino un afán tipo religioso. Solo puedo sospechar que alguien se siente afectado y que teme la -Nueva Medicina- de Hamer más de lo que aparenta. Sería deseable… en lo que se refiere al carisma de Hamer, que el reportero sólo pudiera sustraerse de ella con dificultad.

El confirma la unión de corazón y conocimiento-…  una mezcla de proximidad calurosa y carisma frío, que- – algo malo tiene que tener – -recuerda a la amenazante fuerza de radiación de los líderes sectas.- No sé qué tiene que ver esto con la secta -Fiat Lux- (que pertenece a la sección de -desorden grave-). Se despiertan asociaciones que se quedan enganchadas. En un par de líneas el reportero se las arregla con el verdadero concepto de la -Nueva Medicina- de forma superficial. No hace falta decir, que con una temática tan compleja no podemos ser justos, aunque nuestra intención sea buena. Pero eso tampoco se desea, ya que de todas formas está claro que todo eso tiene que ser una tontería.

-Hamer refleja hábilmente los puntos débiles de la medicina del estado-, estas debilidades se confiesan y se disculpan en el mismo momento por ser inmensas, dado que los médicos se esfuerzan según la interpretación de los autores. Resulta absolutamente inimaginable, que alguien por sí solo solucione este gran embrollo. De acuerdo – ¡eso es un poco fuerte! Dado que no se produce una discusión objetiva (según una opinión tampoco tiene por qué suceder), se inclinan por desacreditarlo. En este caso es bienvenida como fuente incluso el periódico -Bild-, que llamó a Hamer un -curandero fanático- – ellos tienen que saberlo. Un pequeño extracto de los muchos atributos que le quedan al -Spiegel- para el Dr. Hamer: -un sanador de cáncer enajenado-, -medico de cáncer nombrado a sí mismo-, -doctor milagroso-, -medico tronado-, -Gurú del cáncer-, -excéntrico doctor milagroso del tumor-, -Fuego fatuo, médico con una mirada flameante-, etc.

Por otro lado, sus adversarios establecidos están en contra: -El especialista de cáncer con mas experiencia de Austria-, -caballero blanco de la medicina oficial-, -un especialista de cáncer infantil muy experimentado-, -el adecuado-, -pediatra con estudios oncológicos-, -la primera dirección en Austria para niños enfermos de cáncer-, el -prestigioso especialista de cáncer de Kassel- y sus métodos son las -bendiciones del arte de curación establecido-, -la marcha triunfal de los venenos de las células- con -posibilidades de curación bastante rentables- (en los tumores de Wilms), -lo médicamente necesario-, -tubos que pueden salvar la vida-, -tratamiento de primera necesidad-, -posición científica-, -médicos y enfermeros que trabajan con un gran riesgo-. Todo eso son palabras mayores, que aquí se han conferido sin estar comprobadas. Tampoco están comprobados los atributos de la -Nueva Medicina-, es decir, los -caminos errados hacia lo irracional-, -tesis de cáncer obtusas-, -escritos crespos-, -simples promesas de curación-, -tonterías de Hamer-, -fracasos esperados-, -sistema de ilusión cerrado-.

¿Serían necesarias cañones tan fuertes, si el sistema fuese realmente tan absurdo? Los padres de Olivia tampoco reciben compasión. El padre -fantasea- con una -obvia pérdida de la realidad-, -enseña… durante horas- con una -sonrisa presumida-, -herético-. Además posee un -teléfono móvil, que le pone en comunicación con el venerado doctor alemán y sus seguidores-. Debe tratarse de un modelo especial. Al menos, el autor sabe lo -frágil que se ha vuelto la medicina oficial-, de tal forma que los -enfermos buscan protección en sanadores milagrosos-, por supuesto -de forma poco critica-. De momento, en el cáncer y en el SIDA la -medicina oficial lucha con armas sin filo-. Ni siquiera se mencionan otras armas. La terapia estándar tampoco es brutal, no es una -tortura despiadada-, sino que actúa sobre -profanos simpatizantes- (de todas formas estos son incompetentes). Además existe una -situación paradójica, porque cuando más avanzados están los científicos, consorcios farmacéuticos y médicos técnicos en la curación medica, mas parecen temerla los pacientes-. ¡Lo han adivinado! – aunque lo que aquí tomamos por paradójico sólo lo sabe alguien que adquiere su conocimiento por medio de los folletos de estos consorcios farmacéuticos. Para compensar una atrofia de confianza en la medicina oficial no se les ocurre nada mejor que el marketing. -Médicos alemanes a toda máquina.- ¿Habrán aprendido cosas nuevas? No – quieren crear un -nuevo tipo de paciente para que no huyan aún más pacientes a los sanadores-, o al Dr. Hamer. No esperaba tanta sinceridad. Para todo lo que no encaja en el concepto, es válido lo mismo que antes: -la efectividad no está o no está del todo demostrada-. Y tampoco puede estarlo, porque – y existen pruebas de ello – en varios lugares se prohibió probar las tesis de Hamer… Dado que uno no está acostumbrado, ni retórica ni técnicamente a la -Nueva Medicina-, se intenta desacreditarla. Por ello una pobre niña y su bonus de compasión fueron ideales. Toda la situación me parece una puesta en escena inteligente con vistas a la opinión pública. Al -sistema Hamer- se le echa en cara algo que la medicina del colegio practica desde hace tiempo: -Si la cosa funciona, es mérito suyo, si va mal, los culpables son los demás.- El propio método se desfigura en tantos fragmentos, que tiene que parecer absurdo…

Pero el colmo del descaro es la suposición de que el Dr. Hamer -espera el fallecimiento de Olivia. De que toma la muerte de Olivia como una victoria.- Tanto cinismo es incluso demasiado para el -Spiegel- y confirma mi apreciación: descrédito de la peor calaña.-

 

Hasta aquí la carta del lector al -Spiegel-. La redacción de -raum&zeit- añadió además:

-El odio del Spiegel contra el Dr. Hamer es sólo un ejemplo de la creación de opiniones de los llamados noticiarios. Entretanto, el Spiegel personaliza el más complaciente periodismo del poder dominante, camuflado por noticiarios.-

Creo que el ministro de la propaganda nazi, Goebbels, estaría satisfecho con las publicaciones del -Spiegel-. ¿El -Spiegel- como órgano oficial de la medicina? ¡Así parece!

 

Lo que siguió

Después de haber cambiado correspondientemente la opinión publica, empezó a atacar el sindicato. Siempre se volvió a intentar internar a los padres en un psiquiátrico (sobre todo a Helmut). Dado que las leyes austriacas no permiten una psiquiatrización obligatoria y los dos ni siquiera fueron a las -charlas-, se crearon -dictámenes lejanos- del material de televisión sobre los Pilhar, pero con ello no se consiguió nada.

En 1996, Erika y Helmut Pilhar, que hasta ahora no habían tenido nada que ver con la justicia, fueron presentados ante el tribunal por rapto y tortura de Olivia y condenados cada uno a ocho meses de cárcel con libertad condicional. La sentencia fue confirmada en última instancia en 1997. Pero es ahora, tras acabar los hechos, cuando los padres recibieron toda el acta de la enfermedad de su hija. El hospital cobró para este servicio de los Pilhar 1.500.

El juicio trataba de sí los padres le habían quitado su hija al estado de forma maliciosa o si la preocupación sobre la salud de su hija estaba justificada. Pero dado que esta pregunta está muy unida a la de la validez de la -Nueva Medicina- la sentencia no era muy difícil de predecir. Para justificar esta sentencia formalmente a los padres y a sus abogados no se les permitió:

  • Remitir las actas de enfermedad de Olivia.
  • Un contradictamen sobre los efectos secundarios de la quimioterapia.
  • Un contradictamen sobre la -Nueva Medicina-
  • Una toma de declaración del Dr. Hamer como testigo
  • Una toma de declaración de otros testigos actuales.
  • La declaración de los curados de la -Nueva Medicina-

En Internet, donde la familia Pilhar publicó los trasfondos ignorados por la prensa, escribieron: -Se colocaron treinta (!)  policías armados, como si se tratara de un proceso de criminales peligrosos. Funcionarios vestidos de paisano -aseguraron- el parque colindante. El juez trató al publico, que en su mayor parte estaba formado por gente curada por Hamer y gente interesada en Hamer, como si fueran personas de segunda categoría. Inmediatamente después del -testimonio- de la defensa el juez pronunció la sentencia, apreciándose de esta forma, que la sentencia ya estaba fijada con anterioridad.

En el periodo del proceso nos proporcionaron una carta de participación. Era una carta de un empleado del gobierno austriaco, que no conocía al Dr. Hamer. El escribió: -Esto es un proceso de sistemas totalitarios contra disidentes, es un proceso de alta traición. -De forma similar nos lo confirmó el experto en psiquiatría. -Nosotros también lo percibimos de forma similar-.

-Casualmente-, un mes mas tarde se cambio el párrafo correspondiente, en el que se podía leer que en el futuro próximo un medico puede quitarle a los padres sus hijos aun con mas facilidad, -si tiene razón para creer, que sin su proceder el bien corporal o espiritual de la persona menor de 16 años puede estar seriamente dañado-.

El proceso muestra con claridad que no existe una libre elección de la terapia, si se ven involucrados menores de edad. Esto se contradice con los derechos básicos, pero da igual, porque el sistema tiene que asegurarse. Los padres Pilhar no solamente han creado su propia opinión al respecto sobre lo que puede ser mejor para su hija, sino que además se negaron a conceder la custodia de su hija a una institución anónima, de la que no se fiaban por una buena razón. Helmut escribió: -Vivimos en una época, en la que metemos a nuestros niños en la guardería, porque molestan. Si se ponen enfermos los metemos en los hospitales. Nos deshacemos de ellos y dejamos la responsabilidad a las instituciones. Y estas son reclamadas por el estado. El estado reclama este desplazamiento de la responsabilidad, reclama la -irresponsabilidad- del pueblo.-

Olivia pudo regresar a su casa medio año después, aunque tenía que seguir yendo al hospital para someterse a quimioterapia – durante dos años. Su pasaporte fue requisado y a los padres se le prohibió cambiar de domicilio. Olivia se ve afectada por lo que le sucedió: cada noche tiene pesadillas por los sucesos del hospital y depende más de la madre. De lo que debería. Come poco y su peso esta por debajo de la media. El riñón restante también parece estar dañado, al igual que el riñón secundario. El hígado, cuya curación se vio interrumpido por la quimioterapia, amenaza con volverse cirrótico. Pero el órgano más afectado es el corazón, dado que el veneno se inyectó directamente del cartílago al corazón. A pesar de ello el estado de su corazón no se controla médicamente desde hace 10 meses, para no proporcionar datos que puedan documentar las consecuencias de la quimioterapia.

¿Por qué tuvo que ser precisamente Olivia, la victima de las campañas de los medios de comunicación contra la -Nueva Medicina-? La respuesta parece algo cruel, pero es evidente:

A una persona adulta no se la puede obligar a someterse a una terapia. En cambio, el niño es una excepción, al ser obligado -por su bien- contra su voluntad y la de sus padres. Pero un procedimiento así tiene que hacerse plausible. Para ello, en nuestro mundo de imágenes de televisión solamente es apropiado un tumor visible, todo lo demás es demasiado teorético. El espectador no puede juzgar si la hinchazón del vientre se debe realmente al tumor. Entonces sólo hay que crear una situación y enseguida todos sienten compasión por la pobre niña, cuyo -tumor- parece que está a punto de -explotar-. Los -caballeros blancos de la medicina oficial- vienen para salvar a la niña, curándola con sus métodos -científicamente reconocidos-. Ya no hace falta demostrar, que en caso contrario hubiese muerto (y tampoco se puede). Dado que después está -sana- (por lo menos en la prensa), lógicamente el Dr. Hamer tenia que haber fallado. La cosa estuvo a punto de salir mal, dado que los padres eran extraordinariamente constantes (por lo que además fueron castigados). Si se hubiesen quedado en Málaga y Olivia se hubiese convalecido allí, se tendrían que haber inventado otra cosa.

Helmut Pilhar, que durante los tiempos difíciles tuvo que dejar su trabajo, para tener tiempo para su hija y todas las adversidades, ya no encontró trabajo. Desde hace un año y medio ya no recibe dinero del paro ni apoyo social. La situación de la familia es precaria y viven de donativos y regalos de amigos. A pesar de todas las dificultades la familia sigue estando convencida del efecto de la -Nueva Medicina-. Con sus publicaciones intentan animar a la gente, para que la muerte por quimioterapia se acabe de una vez por todas. La madre, Erika escribió como epígrafe del diario de Helmut:

-Algo así no debe repetirse nunca más. ¡Una familia no debe sufrir nunca más un dolor semejante!

31 comentarios en «El caso Olivia»

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